Enfermedad del fraude: ¿medicina o nuevas tecnologías?

Las escenas de Misión Imposible, donde puertas se abren con registros biométricos, ya no son ficción. Hoy, estas tecnologías están en nuestras organizaciones.

Pero su impacto depende de quién las usa: pueden ser herramientas para prevenir fraudes o para cometerlos.

Por ello, concluimos Master Mind Week con invitados de lujo. Son líderes en el área de compliance digital, y están dispuestos a mostrarte sus mejores herramientas para implementar en tu empresa:

  • Adriana García Guzmán, Latam Sr. Business Contracts & Compliance Manager en AWS.
  • Dario Martínez, Compliance Officer Latam, North & Caribbean en Ericsson.
  • Christian Paredes, Compliance Officer en SAP.

Diagnóstico

Lo primero que debes notar sobre la enfermedad del fraude es que no se mantiene estática. Al contrario, evoluciona constantemente con nuevas formas de manifestarse y con personas que se especializan en llevarlo a cabo.

Los departamentos más expuestos a estos fraudes son los financieros, tecnológicos y públicos, ya que manejan datos sensibles que representan un riesgo adicional. Además, no todas las empresas tienen la misma capacidad de respuesta: el reto es aún mayor para las pequeñas y microempresas, que enfrentan problemas graves con tecnologías limitadas.

El delincuente digital tiene un perfil distinto al de un delincuente común, pues generalmente ha estudiado y sabe cómo moverse en este ámbito. Utiliza estos conocimientos para alterar datos y vulnerar sistemas.

Por lo tanto, los retos son múltiples: la combinación de la antigua enfermedad del fraude con tecnologías emergentes puede potenciar los daños y aumentar su impacto.

Evaluación

Ante este panorama, muchas empresas han tomado medidas. Los expertos consideran que estas estrategias no deben descartarse por completo, sino complementarse con las nuevas herramientas tecnológicas disponibles.

En este sentido, los procesos de auditoría tradicionales se han visto beneficiados por herramientas digitales. Un ejemplo es el due diligence, que ahora cuenta con alertas automatizadas gracias a la tecnología.

Sin importar el tamaño de la organización, al incorporar tecnología es fundamental evaluar qué tipo de solución es la mejor opción, considerando los siguientes beneficios:

  • Reducción de tiempo en la elaboración y procesamiento de datos.
  • Mayor satisfacción del cliente, ya que los procesos se agilizan y optimizan.
  • Cumplimiento normativo, en caso de que el sector empresarial esté regulado por ley, ya que la tecnología facilita la gestión de requisitos legales.

Otro beneficio clave es la prevención, pues las herramientas digitales permiten obtener datos en tiempo real, lo que sería imposible con métodos tradicionales. Esto es especialmente útil para proteger datos sensibles en el comercio electrónico.

Asimismo, existen red flags que las nuevas tecnologías ayudan a detectar para prevenir fraudes. Entre ellas:

  • Transacciones inusuales: identificadas en tiempo real gracias a la inmediatez de la información.
  • Conflictos de interés: incluyendo aquellos que permanecen ocultos en auditorías tradicionales realizadas a posteriori.
  • Conservación de documentos: que suele ser un reto logístico, pero que con la tecnología permite clasificación eficiente por colaboradores, terceros y clientes.
  • Errores contables: ya que la capacitación en nuevas tecnologías minimiza fallos y optimiza los procesos financieros.

Es importante también considerar en qué sectores la tecnología puede ofrecer mayores ventajas, ya que su impacto varía. Algunos ejemplos clave son:

  • Machine learning (aprendizaje automático).
  • Blockchain en transacciones financieras.
  • Inteligencia artificial aplicada a la detección de fraudes y sus usos éticos.

Recomendaciones de los especialistas

Finalmente, los expertos, tras evaluar los estragos que el fraude puede causar en una organización, recomiendan implementar las siguientes estrategias:

  1. Comunicación abierta y sencilla
    Aunque esta parece la recomendación más obvia, los expertos sugieren que la capacitación se enfoque en crear una cultura organizacional sólida.
    Es fundamental abandonar la visión aislada de los equipos y fomentar la creación de equipos interdisciplinarios que actúen como “ojos críticos” dentro de la empresa.
  2. Transparencia tecnológica
    No solo implica capacitación para el uso de herramientas digitales, sino también promover su uso ético y evaluar sus consecuencias.
    Recuerda que la tecnología es una herramienta a tu servicio, y su correcto manejo es clave para evitar riesgos.
  3. Liderazgo visible
    La alta gerencia debe demostrar un compromiso real, invirtiendo en soluciones efectivas y evitando que las decisiones estratégicas se diluyan en el anonimato del entorno digital.
  4. Políticas de fraude claras
    Es crucial que las políticas empresariales incluyan de forma explícita qué conductas son consideradas fraude, así como las consecuencias de incurrir en ellas.

 

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