Walk the Talk en la Cultura de Compliance
El verdadero desafío que enfrenta cualquier organización es lograr que el cumplimiento vaya más allá de una simple enumeración de normas. Por ejemplo, un estudio reciente de Deloitte indica que el 60% de las empresas enfrenta dificultades para integrar el compliance en su cultura organizacional, lo que evidencia la brecha entre la teoría y la práctica. La clave está en que este concepto realmente influya en el actuar diario de las personas.
Conscientes de este desafío, en la MasterMinds Week, te presentamos a tres expertos que compartieron consejos prácticos para fomentar una cultura de cumplmiento:
- Carlos García Jiménez, Director Ethics & Compliance Latin America, Uber.
- Mariano Alejandro Gil, Gerente Corporativo de AML Risk & Compliance, Mercado Libre.
- María Teresa Salazar de García, Regional AML Program Manager LATAM, Millicom (TIGO).
El compliance debe integrarse en la organización mediante estrategias y roles clave. Los expertos sugieren lo siguiente:
Liderazgo comprometido
El liderazgo juega un papel fundamental en el cumplimiento normativo. No se trata solo de la autoridad del compliance officer, sino de integrarlo en todas las acciones de la organización. El compliance no debe ser responsabilidad exclusiva de un área. Es una forma de actuar que involucra a toda la empresa. En cualquier momento, cualquier persona puede ejercer liderazgo.
Un líder comprometido es un modelo de integridad, responsabilidad y resiliencia. Su verdadero valor se demuestra al manejar los errores con eficacia. Además, un líder debe estar profundamente enraizado en los valores de la empresa. De este modo, podrá distinguir el bien del mal, independientemente de los resultados obtenidos.
Compromiso de la alta gerencia
La cultura empresarial se forma de manera descendente. Por ello, el compromiso de la alta gerencia es crucial y se refleja en el comportamiento de todos los colaboradores.
Sin embargo, muchas veces el área de compliance percibe que enfrenta sola la responsabilidad de implementar normas. En algunos casos, también nota una desconexión entre lo que se dice y lo que se hace.
Para superar estas dificultades, los expertos sugieren dos estrategias:
- Manejar la inteligencia emocional. Esto permite comunicar planes de manera efectiva y abordar dificultades con calma.
- Hacer relevante el compliance en la empresa. Resaltar las ventajas competitivas que aporta puede ayudar a darle importancia.
Carlos García destaca que el compliance tiene impacto en tres niveles. Estos son fundamentales porque abarcan desde las obligaciones regulatorias hasta la forma en que la cultura organizacional se percibe interna y externamente:
- Regulatorio: Las entidades reguladoras saben qué exigir y cuáles son los mínimos en responsabilidades.
- Externo: La cultura de compliance representa una ventaja competitiva frente a otras organizaciones, ya que implica esfuerzo desarrollarla. Esto dificulta que sea igualada.
- Interno: En la atracción y retención de talento, el compliance fortalece la organización.
Compliance como aliado
Un desafío clave es considerar el compliance como un estratega que aconseja a largo plazo y evita riesgos innecesarios. Verlo como un aliado facilita la integración de valores. Además, permite identificar qué actividades necesitan mayor responsabilidad.
Mariano Alejandro Gil insiste en que el oficial de cumplimiento debe convertirse en un consejero. Su función no es ser una barrera, sino permitir que todos actúen conforme a la ética.
Comunicación
Los expertos subrayan que, en el área de compliance, estás tratando con personas. Esto puede parecer obvio, pero a menudo se pasa por alto.
Mariano recalca que lo escrito en papel no siempre se entiende de la misma forma por todos los colaboradores. Por eso, es esencial comunicarse en un lenguaje claro y accesible.
Por su parte, María Teresa Salazar sugiere implementar premios y reconocimientos para los “campeones” del cumplimiento diario. Esto motiva a los colaboradores y refuerza los valores de la organización.
Finalmente, Carlos comparte el ejemplo del “patito de hule” que utilizan en Uber. Este objeto, ubicado en áreas visibles de la oficina, sirve como un recordatorio constante para los empleados de mantenerse atentos y reflexionar antes de tomar decisiones. Representa la importancia de activar los cinco sentidos en sus labores diarias y evitar errores que comprometan el sexto sentido: el actuar ético. Este símbolo lúdico refuerza la conexión entre pequeños gestos y grandes responsabilidades, impactando positivamente en la percepción y adopción del compliance dentro de la organización. Este objeto es un recordatorio de activar los cinco sentidos para no fallar en el sexto sentido: el actuar ético.
Conclusión
Para evaluar cómo se ha implementado el compliance como cultura organizacional, es vital volver a lo esencial: principios claros y sencillos que sean comprendidos por todos. Recuerda que una cultura de integridad no solo genera confianza, sino que también impulsa la sostenibilidad y el éxito a largo plazo. Actúa hoy y haz del compliance un compromiso vivo en tu organización.
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